Para luchar contra un adversario
siempre te preparas fisíca y mentalmente,
buscas las estrategias y estudias las
posibilidades
que puedas tener para derrotarlo.
Pero cuando es la vida el contrincante,
no hay treta ni artimaña que valga,
ella siempre saldrá victoriosa
por tener poder sobre ese cuerpo prestado.
Nacemos, crecemos y maduramos
decidiendo siempre que hacer, comer, tomar o
vestir
y en el momento final son otros
los encargados de maquillar nuestra realidad
los que deciden y hasta llegan a tomarse
atribuciones
de la pose que debes asumir, y el traje que
has de lucir,
como si en nuestra última morada importase
eso.
Por qué las falacias y suntuosidades,
si venimos de la tierra y de ella somos,
cuando llegue mi partida quiero ser parte del
mar
para así seguir viviendo con mi luna y con mi
sol
con el salitre que curte pieles y corazones
y el susurrar de las olas al caer la tarde.
Pero quien dice que será así?
tal vez las ironías del destino
me lleven a pernoctar por siempre
al lado de las cinco águilas blancas.
Mathmer 2012