Olor a
sal,
bramar
de alas de albatros,
y el
estrellar de las olas
susurrando
mil te quiero.
La luna
se va ocultando
invadida
por los celos,
enfadada
con la noche,
con marineros y el mar,
que han robado
su ilusión
dejándola
sola y triste
llorando
su desconsuelo.
Oh mar
que te he amado tanto!
Oh mar
que todo te he dado!
Te vas
amando al mortal,
el que
no tiene reparo
de
contar a cuatro vientos,
que en
plena mar arbolada
se
sumerge entre tus brazos
con
pasión libidinosa.
Mathmer 2013
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