He de ofrecerte mi amor,
mis ilusiones, mi esperanza de hoy;
pero no la fuerza con que amo,
ni el sueño que me une a ti.
Reservaré una pequeña flama
con la que pueda encenderla nuevamente
…en otra parte, espacio o tiempo.
Puedo brindarte mis recuerdos y pensamientos,
más no mi olvido,
ni la lucidez de crear ideas
y compartirlas contigo.
Te obsequio mi compañía ausente,
no
así la soledad.
La partitura de mi vida,
pero no su melodía
para poder seguir bailando ceñida a tu
pecho
hasta el final de mi existir.
Mathmer 2013
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