lunes, 3 de octubre de 2016

EN OTOÑO…





En cada estación le esperaba,
sin importar cuán larga sería la estancia,
no había apuros,
sólo anhelaba su arribo.
Aún no le había visto
y un grácil frío
recorrió mis entrañas,
percibía su presencia.
Fue en otoño,
llegó desnudando su alma
cual libro abierto,
extasiada en su mirada,
me embarque
en el tren de la esperanza.
Hoy seguimos aquí,
escribiendo cada página en blanco
de este libro cargado de utopías,
sentimientos e ilusiones,
de un amor sin parangón 
que nació calmado, sin promesas,
con el firme propósito de vivirnos,
de hacer grande la sonrisa del otro,
con este sentir análogo a la natura,
ingente, excelso y especial.

Mathmer 2016