No hay ni habrá espacio de mi tez
que tus aguas no han de consentir
acariciar y llevar hasta tu reino.
Sólo tú mi mar…tienes el privilegio
de hurgar en esta alma enamora
de compartir esos misterios mutuos
y de convertir el tiempo de espera
en una deliciosa balada
que no tendrá fin
abrazada eternamente a ti.
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