Siento tus dedos urgidos
transitar lugares desconocidos,
empapándome de caricias
abría las puertas al placer,
mientras te hundías en mi cuerpo,
en ese enlace tibio y húmedo,
dejándonos llevar por el sentir
como cómplices de esta forma de amar.
Explota la vorágine ante el encuentro,
nos fundimos y descubrimos
la descomunal pasión que despiertan
nuestras miradas, caricias y besos.
Divina noche, donde entre sábanas rosas
nos entregamos por vez primera
palpando nuestra esencia
y recogiendo nuestros anhelos,
noche especial, inolvidable
noche en que me hiciste tocar a las estrellas.
Mathmer 2012
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