Tratando de evadir
esta melancolía que agobia
mi existencia desde tu partida,
me
veo transitando
por
ese puente viejo,
gris,
sin energía para
mitigar
el dolor de tu ausencia.
El
mismo que recorrimos
tantas
veces,
tu
delante de mí,
mientras
me asías de la mano,
guiando
mis pasos
hacia
ese lugar que en otrora
fuese
nuestro refugio de amor.
Hoy
que ya no estás,
este
camino se torna
color
humo intenso,
mis
lágrimas me acompañan,
la
soledad se hace lúgubre.
Por
un instante me sentí perdida,
llovía
copiosamente,
cerré
los ojos y su voz
llego
a mí, suavemente decía,
amor
no llores más
no
estás sola estoy contigo,
una
sensación extraña
se
apoderó de mi ser,
abrí
los ojos y pude ver
ese
arcoíris hermoso,
ese
paraguas,
que
me reglará
antes de su partida,
como
un arco de luna
apareció
ante mí.
Una
mueca adornó mi rostro,
pude
saber que si estaba allí,
que
sigue siendo mi protector
y
que estará como prometió,
siempre,
aunque no pueda verle.
Mtailde
Hernandez (Mathmer)
Derechos
Reservados
Mérida
- Venezuela
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