Sentí tu llamado
no sé si venía de la noche,
de ese atardecer de verano,
de esa rosa que se resistía a morir.
de las sonrisas recibidas,
del sufrimiento que abruma
a tantas almas desvalidas
o sedientas de amor.
Llegaste como el trino
que invade el amanecer,
como esa caricia
que endulza mi soledad,
como el espejo de mis sueños.
Eres esa palabra de aliento,
vehemencia que me invade,
ésta ambición de discurrir,
de expresar sentimientos,
lumbre que azuza al amor,
ensoñación que me lleva a volar
en las alas de lo inagotable,
remembranzas de caricias y besos,
de ese abrazo que llegó
en el momento preciso.
Poesía, moras en cada parte de mí,
en esa historia que otros escriben
y en la que me veo retratada,
te vivo y quiero seguir soñándote,
idealizando tu sueño,
rescatándote donde te oculten,
haciéndote presente y eternizándote,
para que sigas sellando
con tu marca mis alegrías.
Mathmer 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario