Afuera
llueve,
las
sábanas aún tibias
se
adhieren a mi cuerpo,
y en un pestañear,
activas
el volcán.
Tus dedos
y labios
atizan la
lava
que
burbujea
en las
entrañas.
Hay
sensación
del
balancín succionando
con
fiereza
la tierra
prometida.
Un seísmo
intenso
da paso a
un cúmulo
de réplicas,
y te
aferras a la turgencia
al final
de mis caderas.
La luz de
los cirios
es
cómplice del momento,
y la
melodía que anega el espacio
penetra
los sentidos.
Es
inminente
el
estallido en la sima,
y en un
abrazo
la
inaplazable erupción
se hace
paso,
entre roces, espasmos,
gemidos y
besos.
Mathmer
2015
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