A medianoche
ante la luz de los cirios
y en medio de la fragancia
de esas flores que
ambientaban el espacio,
inquirías en mí,
si alguien era necesario
para sentirse vivo.
La realidad es que no,
pero si llegases a partir
un pedazo de mi ser
se iría contigo.
Mis días se tornarían color
humo,
y esa lluvia interna
afloraría por algún tiempo,
mientras la melodía de tus
besos
seguiría sonando,
al compás de esa danza
que imprimiste a mi piel.
Se que tú también
añorarás mis caricias,
se de tus debilidades
por este cuerpo que
agitas con solo mirarle.
Se que evocarás
los momentos de pasión,
esos en que las huellas
se han quedado grabadas,
como cicatrices indelebles.
Mis versos ya no hablarán
de este amor que creí
sempiterno,
y tu palabra vuelve a
surgir
nada es para siempre todo
es finito.
Al tomar mi guitarra
tus susurros cadenciosos
se aferrarán a mis
sentidos,
y no podré evitar
sentirte y amarte en
silencio
quien sabe por cuánto.
Mathmer 2015
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