El verbo se
hizo carne
y se anidó entre nosotros
colocándose a la diestra
de los seres sensibles.
Perceptivo fue
el hombre,
y al inicio la mujer lo
siguió,
caminando luego delante de
él
para perderse de vista.
Sólo la alcanzó:
con palabras de brisa,
con la voz de soplo,
con grafías de vuelo.
Mathmer 2015
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