viernes, 3 de septiembre de 2021

ANHELOS

 




En ese asomar de la alborada,

donde el rugir del mar se hizo cómplice

y su mirada escrutaba cada palmo de mí

sentí sucumbir ante el frenesí de sus besos

y las ansias añejas que embargaban mi ser.

No hubo temor

y la timidez que me habitaba

quedó al margen,

sólo quise vivirlo, sentirlo mío

y que su vehemencia

fuese correspondida

en una simbiosis total.

Quise detener el tiempo

y permanecer allí.

¡Craso error!

Éste es inclemente

y solo dejó en mi ser

el recuerdo de un mágico amanecer,

anhelando cada frase, cada besos

y esa sensación a gloria

que solamente quienes entregan el alma

conocen lo que duele

perder al ser amado.


Mathmer 2011

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