jueves, 6 de agosto de 2015

EL AMOR Y LAS MARGARITAS




¿Qué cómo empecé a amar?
Ni yo misma lo sé.
Se fue dando despacio
como esa hoguera 
cuando empieza a hacer flama
y luego se aviva fuerte, vigorosa 
grabándose despacio en los sentidos.
Mientras crecía,
con la alegría de la adolescencia,
con la rebeldía propia de la edad,
con la admiración por lo bello,
por lo sutil y sublime.
Y fue allí, en ese mismo instante
que me ratifiqué y decreté
ser la más fiel amante de la natura,
esa que en su paleta de colores
nos brinda una sinfonía sin igual,
ya no más cortar Margaritas.
para tomar decisiones.
En este hoy esparzo su semilla
con la esperanza a flor de piel,
de disfrutar de su hermosura
por donde me han de llevar mis pasos,
consiente, madura
de que cada pétalo ofrendado
es vida que debo valorar,
que el oro que brinda a mis ojos
es fuente inagotable de alegría, 
felicidad y optimismo.
El amor que hoy siento
se multiplica como sus sépalos,
su sencillez me habla de 
esta humildad que debo
mantener para hacerme fuerte
ante todas las adversidades,
Por eso cuando ya no esté, 
no quiero que me lleven Margaritas, 
solo que extiendan sus semillas
para ser abono que les haga florecer.

Mathmer 2015

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